21 feb 2013


Estambul vuelve a sentirse Constantinopla con la llegada de dos vicarios mitológicos de la élite de la Copa de Europa, dirigidos por el eterno califa Fatih Terim; sin embargo, el sultán de la pasada noche en el Ali Sami Yen Stadium fue Burak Yilmaz. Las tablas fueron justas en la batalla contra un Schalke 04 lleno de jugadores randoms como Kolasinac o el joven He-Man Roman Neustädter (que sustituía a otro SNIPER del balón como es el austríaco Christian Fuchs), pero con el gancho de ver a la foquita Farfán desequilibrando el califato de Fatih Terim. 
Cómo nos cagan los entrenadores del este tipo Furbescu, Kurban Berdyev o el mismo califa, dirigiendo otra vez al equipo dónde construyó su identidad de emperador en el año 2000, con aquel Galata que le ganó la final de la UEFA al Arsenal de Titi Henry, con nombres como Hakan Sükür, Ümit Davala, Taffarel o los rumanos Gica Hagi y Gica Popescu, todos ellos jugadores TOP de los mundiales de 1994, 1998 y 2002. La sombra de Sükür o Super Mario Jardel es larga, pero Yilmaz empata en este momento con Ronaldo como máximo goleador de esta edición de la orejuda. Ayer, por enésima vez, su presencia hizo mucha sangre en la defensa -un tanto lamer- del equipo alemán.

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